Convocatoria a la reuniòn para la Transnational Social Strike Platform. Paris, 21-23 de Octubre

Lo que sucede en Francia en este momento va más allá de las fronteras francesas. Mientras que, por un lado, la reforma al mercado del trabajo viene a confirmar que la precarización es un problema, al menos, de escala europea, por otro lado, la lucha en contra de la «loi travail y su mundo» ha resultado en justo aquello a lo que habíamos estado aspirando: una huelga social sin precedentes. Ahora más que nunca, resulta necesario resolver la cuestión sobre cómo dar a esta lucha y a este levantamiento una escala transnacional.

Este paso es imprescindible e inevitable. La «loi travail» es tan sólo un pedazo de un proyecto más ambicioso cuyo fin, en todo lugar, es despojar a millones de personas de la posibilidad de rechazar un presente y un futuro de explotación. Sea el paquete de austeridad en Grecia, la reforma laboral en Italia, el Hartz IV alemán o la ley Peeters en Bélgica, todos son ejemplos que ilustran la dirección en la que se nos dirige: recortes en salarios y beneficios, la financialización de las pensiones, la creación de una mano de obra maniatada puesta a trabajar bajo cualquier condición y a cualquier precio so pena de no obtener su permiso de trabajo o de no poder pagar la deuda adquirida a través de programas de bienvenida, la creación de una mano de obra desechable a merced de patrones institucionalmente dotados de poderes despóticos. Incluso ahora con la salida del Reino Unido de la UE, serán los trabajadores tanto en Europa como en Reino Unido, quienes sufran las consecuencias del referendum. Las pólizas nacionales ya han dejado de ser simplemente nacionales. El aumento de la mobilidad en el empleo y la organización transnacional de la producción hacen que cada ciudad, país o lugar de trabajo adquiera una dinámica transnacional. La precarización afecta a todas las generaciones y a todos los sectores; es una condición general alimentada por diferencias y jerarquías que atraviesa – así como también produce – fronteras.

Posicionándonos en contra de la convergencia de las pólizas de empleo europeas, en contra de la ilusión de que la renacionalización de las iniciativas políticas y anti-inmigratorias es la respuesta, en contra del capitalismo y del neoliberalismo, tenemos que construir una convergencia de luchas transnacional. Este es el mensaje del levantamiento francés que justo ha logrado materializar la esencia de una huelga social. Huelgas en todos los sectores y servicios han sido vinculados a mobilizaciones masivas en la metrópolis, incluyendo a trabajadores en la precaridad que no son representados por ningún sindicato, y se han logrado interrumpir la producción de valores y la generación de ganancias. Experimentos de este estilo estos últimos años – la huelga ante el empleo de inmigrantes, las huelgas en el sector de logística y en las cadenas de producción así como en el sector de cuidados – han sido llevados a escalas masivas en Francia. La lógica de la solidaridad ha triunfado y la divisiones entre las luchas de dentro y fuera del espacio de trabajo han sido superadas gracias a la fijación de un objetivo político común. Las demandas a favor de más democracia, de justicia y derechos sociales, en contra de la represión policial, yuxtapuestas al despotismo del salario y de los patrones, han encontrado un punto de convergencia y una prioridad política. Ahora es cuando debemos elevar estas conquistas a un nivel superior puesto que sabemos que la lucha en contra de la precarización no es ni puede ser viable mientras nos sigamos oponiendo a leyes nacionales.

Partiendo así de este mensaje de revuelta de Francia que resuena en cada rincón de Europa, y, luego de una primera asamblea en París, la Plataforma Huelga social transnacional invita a trabajadores, activistas, sindicalistas y otras redes a una nueva reunión en París del 21 al 23 de octubre para discutir cómo la huelga social en Francia puede asfaltar el camino hacia un levantamiento transnacional de la mano de obra viva en contra de la precarización. Necesitamos consolidar un espacio de convergencia común donde gente precaria, inmigrantes, trabajadores de la industria, todos, se reconozcan a sí mismos y donde distintas formas de precaridad se encuentren y se confronten; necesitamos un espacio en donde podamos construir un discurso común que se pueda transformar en punto de referencia para millones de personas que rechazan día a día la explotación y la precaridad, aquí en Europa y más allá. Para aprovechar el potencial transnacional de las mobilizaciones actuales necesitamos traer Europa a Francia, y así poder llevar Francia a Europa y más allá, en un día transnacional de acciones y huelgas en el que se dé un paso adelante en la organización de un levantamiento de la mano de obra viva en Europa y más allá.